En la manzana el endocarpo, mesocarpo y exocarpo están en el interior del fruto, formando lo que denominamos corazón. La mayor parte carnosa del fruto está formada por el hipantio o hipanto, que resulta de la fusión y crecimiento de la base de los sépalos y pétalos, junto con parte del receptáculo.
En esta imagen se muestra la parte superficial de una manzana, del hipantio, que consta de una epidermis muy cutinizada que además presenta depósitos de ceras, dándole aspecto brillante y lustroso a la superficie, sobre todo cuando se frota.
Bajo la epidermis aparecen numerosas capas celulares de las cuales las más externas forman un colénquima. El resto lo forma un parénquima de reserva de células grandes que almacenan gran cantidad de agua.
El exocarpo, mesocarpo y endocarpo, no visibles en esta imagen, tienen una consistencia cartilaginosa formando lo que llamamos el carozo o corazón de este fruto. Consta de esclereidas cuyas paredes, no muy gruesas, se disponen muy apretadas.