Se denomina excreción a la eliminación de productos de desecho resultantes de nuestra actividad metabólica. Los principales órganos donde esto ocurre son el tegumento, el sistema respiratorio, el sistema digestivo y el sistema excretor. Por ejemplo, el hígado libera metabolitos como la bilirrubina, colesterol y metales en la bilis, en los pulmones se libera el CO2, y en el tegumento se excretan productos mediante glándulas como las sudoríparas. Sin embargo, al sistema especializado en la excreción se le denomina sistema excretor, que está formado por los riñones y los conductos asociados. El sistema excretor de los animales se denomina también sistema urinario, y elimina metabolitos como parte de la orina.
El sistema urinario está formado por los riñones, los uréteres, la vejiga urinaria y la uretra (Figura 1).


Riñón
Los riñones son órganos pares, con forma de habichuela, situados a ambos lados de la columna vertebral y adosados a la pared abdominal, en el retroperineo. Estructuralmente están envueltos por una cápsula conjuntiva bajo la cual se encuentra la corteza renal, e internamente a ella se dispone la médula. En la médula se aprecian unas estructuras en forma de pirámides denominadas pirámides medulares.
Su estructura interna cambia en los mamíferos según el tamaño corporal. En las especies pequeñas la médula consta de una sola pirámide, mientras que en mamíferos más grandes se divide en varias. Sin embargo, la corteza permanece indivisa independientemente del tamaño corporal. Algunos animales grandes, como los carnívoros presentan una sola pirámide pero más alta y mucho más ancha. Cuando la masa del animal es muy grande también se divide la corteza, como ocurre en las ballenas.
Nefrona
La unidad estructural y fisiológica del riñón es la nefrona (Figura 2). De hecho, el riñón está formado por numerosas repeticiones de esta estructura. En humanos se han estimado en torno a un 900000 nefronas en el riñón, con una variación entre 300000 y más de 2.106. La generación de las nefronas en humanos termina alrededor de las 36 semanas de gestación. En un riñón de ratón se han estimado unas 13000 y unas 30000 en ratas. La variación entre individuos se puede establecer durante este periodo de formación, puesto que en los niños también se observan estas diferencias en número. Hay también que tener en cuenta las nefronas que se pierden durante el envejecimiento. Parece haber una relación entre la hipertensión y el número de nefronas, siendo menor en individuos hipertensos. El número de glomérulos está inversamente relacionado con la edad y con la presión arterial.
La nefrona está formada por el corpúsculo renal, donde se produce el primer filtrado de la sangre. Éste se encauza hacia el túbulo renal. Se pueden distinguir varios segmentos en el túbulo renal: túbulo proximal con su porción contorneada y su porción recta, un túbulo intermedio con su porción descendente y su porción ascendente, un túbulo distal con su porción recta y su porción contorneada, y el túbulo de conexión. La porción recta del túbulo proximal, el túbulo intermedio y la porción recta del túbulo distal forman lo que se llama el asa de Henle.


La distribución de las nefronas y sus segmentos siguen un modelo muy organizado que se puede ver a la lupa o macroscópicamente cuando se observa una sección de riñón. Así, los glomérulos y la porción contorneada de los túbulos proximales y distales forman la corteza renal, mientras que el asa de Henle y finalmente el conducto colector le confieren una arquitectura típica a la médula, formando las pirámides renales.
Las nefronas no aumentan en longitud en la misma medida que el cuerpo del animal, sino que la estrategia es aumentar el número de nefronas. Esto parece debido a la resistencia al flujo a lo largo de la nefrona. Cuanto más larga la nefrona más presión sanguínea se requeriría. A pesar de ello, dentro de un mismo riñón, a longitud de las nefronas en mamíferos puede variar. Como norma general, aquellas nefronas con sus corpúsculos más próximos a la zona medular (más internos) suelen ser más largas que aquellas con sus corpúsculos más superficiales en la corteza.
Sistema vascular
El sistema vascular renal es muy complicado. La arteria renal entra por el hilio del riñón y se ramifica profusamente hasta finalmente formar el ovillo capilar glomerular. En un extremo de los glomérulos se forma la arteriola eferente que origina vasos rectos que irrigan la médula y se continúan con los vasos rectos venosos. Todos ellos se reúnen en venas cada vez de mayor calibre para salir al exterior del riñón por el hilio, en forma de vena renal.
Vías urinarias
Las vías urinarias están formadas por todos los conductos y órganos huecos que transportan o almacenan la orina. Están formadas por la pelvis renal, el uréter, la vejiga y la uretra. Todas ellas, a excepción de la porción medial y distal de la uretra, presentan en su pared una mucosa formada por un epitelio de transición (urotelio) caracterizado por su adaptación a los cambios de volumen que ocurren sobre todo en la vejiga y por un tejido conjuntivo subepitelial. Debajo de la mucosa se encuentra el tejido muscular liso y por último la capa adventicia que está formada por tejido conjuntivo.
La vejiga urinaria es un contenedor de la orina, en ella desembocan los uréteres procedentes de cada uno de los riñones y de ella sale la uretra. Posee una pared que tiene la capacidad de formar pliegues, cuando está vacía, y de distenderse cuando está llena.
Las vías urinarias presentan diferencias sexuales sobre todo a nivel de la uretra. Mientras que en la mujer la uretra es un conducto cuya misión es expulsar la orina al exterior, en el hombre además ha de expulsar a los espermatozoides. Por eso se dice que es un conducto uroseminal. Esta diferente función marca la diferencia de longitud, 3-4 cm para las mujeres y 20-25 cm para los hombres. Además, existen diferencias en los tipos de epitelios que recubren su interior y en las glándulas asociadas.
Función
En los riñones se produce un filtrado inicial de la sangre. De ese filtrado, algunas de las moléculas e iones son posteriormente retomados y devueltos a los vasos sanguíneos. Después, el líquido resultante, denominado orina, se recoge en conductos de cada vez más diámetro: los conductos colectores, cálices, pelvis y uréteres. Los uréteres salen de los riñones y transportan la orina hasta la vejiga, que es un compartimento temporal de almacenamiento. Finalmente, desde la vejiga parte un conducto denominado uretra mediante el cual se evacua la orina al exterior del organismo. Mediante la orina se eliminan del organismo un exceso de agua y productos de desecho resultantes del metabolismo celular, o incorporados en los alimentos. El sistema urinario regula el estado hídrico del cuerpo concentrando más o menos la orina, es decir, liberando más o menos agua con la orina.
Los riñones también tienen un componente endocrino relacionado con la regulación hídrica el medio extracelular global del cuerpo. Para ello liberan hormonas que afectan a su propio funcionamiento tales como la renina, urodilatina, dopamina, el sistema calicreína, prostaglandinas, eritropoyetina y una forma de vitamina D.
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Bibliografía ↷
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