Las células están divididas en compartimentos y orgánulos que cooperan en el funcionamiento celular, y las células a su vez se organizan para formar tejidos. En este apartado trataremos cómo los tejidos se organizan para formar órganos. Un órgano es una asociación de tejidos que constituye una unidad funcional en un organismo. Un animal posee una gran variedad de órganos, cada uno de los cuales realiza sus propias funciones. Si se compara a un organismo pluricelular con una célula eucariota se observa que la compartimentación del trabajo es un hecho que se repite, pero a diferente escala. En la célula eucariota son los orgánulos los que se especializan en una o varias funciones, en un organismo son los órganos.
En este apartado de Organografía Animal vamos a estudiar los órganos de los vertebrados, sobre todo los de mamíferos (Figura 1), que son quizá los vertebrados más estudiados por sus evidentes repercusiones en el conocimiento de los órganos de humanos y sus implicaciones en la salud. Un órgano es una estructura que se especializa en realizar una o varias funciones. A veces el concepto de órgano constriñe la definición de unidad funcional y entonces hablamos de sistema o aparato. Un sistema o aparato, por ejemplo el sistema sanguíneo, es un conjunto de estructuras, algunas de ellas órganos, que realizan un conjunto de funciones características en el organismo. Como en otros muchos aspectos de la biología, es difícil establecer los límites y las funciones precisas de un órgano o de un sistema, por lo que el número de sus constituyentes o funciones propias puede variar según los autores. Así, los órganos pueden realizar más de una función, pueden compartir funciones con otros elementos del organismo, sus compartimentos funcionales pueden no ser precisos, etcétera.
Vamos a abordar la organografía animal estudiando los diferentes órganos y sistemas según aparecen en la mayoría de las guías docentes de la asignatura de organografía microscópica animal de las universidades españolas, con algunas modificaciones.