Atlas de histología vegetal y animal

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Órganos animales. Digestivo

ESÓFAGO

Índice de esta página
1. Anatomía
2. Histología
3. Inervación
4. Función
5. Desarrollo
6. Patología

El esófago es un tubo relativamente recto que comunica la faringe con el estómago. En humanos mide unos 25 cm. Su estructura muestra las capas típicas del tubo digestivo: mucosa, submucosa, muscular y adventicia.

1. Anatomía

El esófago empieza al final de la faringe, una estructura muscular a la que también está conectada la tráquea. Está dividido en tres regiones, el esófago cervical, torácico (mediastino) y abdominal, de acuerdo con las cavidades del cuerpo que va cruzando (Figura 1). El esófago cervical empieza en la faringe y se extiende justo detrás de la laringe y de la tráquea, un poco lateral a la línea media, delante de la columna vertebral. Mide unos 4 a 5 cm. La zona inicial se llama esfínter superior of faringogástrico y limita la entrada de comida deglutida desde la faringe al esófago. El esófago torácico sigue al cervical, pasa detrás de la bifurcación de la tráquea y continúa detrás del atrio izquierdo, y entran en la cavidad abdominal a través del hiato esofágico, una abertura del diafragma. Mide unos 20 cm. La porción torácica se pude subdividir en tres regiones más. El esófago abdominal mide entre 2 y 4 cm, y es en realidad el esfínter inferior o esofagogástrico, y conecta el esófago con el estómago, con la región del cardias. Aquí se regula la comunicación del esófago con el estómago y se evita el reflujo estomacal.

Esófago
Figura 1. Disposición del esófago y principales divisiones antero-posteriores.

Hay tres constricciones que disminuyen la luz del esófago: el esfínter superior, el punto donde se encuentran el bronquio principal y el arco aórtico, que comprimen el esófago, y en el área del esfínter inferior cuando se cruza la pared abdominal. La constricción mayor es en el esfínter superior. Curiosamente no hay características anatómicas que diferencien a los esfínteres del resto del esófago, pero se pueden identificar con mediciones de presión, siendo ésta mayor

2. Histología

La pared esofágica está formada por varias capas de tejidos: mucosa, submucosa, muscular y serosa (figuras 2 y 3). La mucosa está formada por un epitelio estratificado plano, normalmente sin estrato córneo aunque en algunos animales con dieta de alimentos duros, como los roedores, puede estar parcialmente queratinizado. Este epitelio se transforma en simple cúbico en la zona de transición con el estómago. Debajo del epitelio se encuentra la lámina media, que es un tejido conectivo con muy pocas células, con linfocitos dispersos y con algunos nódulos linfáticos localizados normalmente en las proximidades de los conductos excretores de las glándulas secretoras de mucus. La muscular de la mucosa es, en comparación con otras zonas del tubo digestivo, muy gruesa en la porción superior, y la mayoría de sus fibras se orientan longitudinalmente. Es más gruesa a mediada que nos desplazamos a regiones inferiores.

Esófago
Figura 2. Imagen donde se muestra una sección de esófango de conejo y las capas histológicas de las que se compone.
Esófago
Figura 3. Imagen a mayor aumento donde se pueden observar las diferentes capas de la mucosa.

La submucosa es tejido conectivo denso con una gran cantidad de fibras elásticas y de colágeno, las cuales permiten su distensión cuando pasa el bolo de comida. Posee numerosas fibras y células nerviosas (simpáticas y parasimpáticas) y células ganglionares sensoriales, formando conjuntamente el plexo submucoso o plexo de Meissner. La función de este plexo es regular la secreción glandular y la contracción de las células musculares de la mucosa. La submucosa posee también una red densa de vasos linfáticos y los nódulos linfáticos de la mucosa se extienden hasta aquí. Los vasos linfáticos de la zona cervical y mitad superior de la torácica drenan en los ganglios cervical, paratraqueal y subcarinal, mientras que la parte inferior torácica y abdominal drenan en los ganglios diafragmático, paracardial gástrico izquierdo y celíaco. También hay numerosos vasos sanguíneos pero no presenta grandes vasos como arterias. En la submucosa se encuentran las partes secretoras de las glándulas mucosas que lubrican la luz esofágica. Son más abundantes en las partes anteriores que en las inferiores. La luz del esófago aparece delimitada por numerosos pliegues longitudinales de la mucosa y submucosa (Figuras 2 y 4). Estos pliegues se distienden y permiten el paso de grandes bolos de alimento deglutido.

Esófago
Figura 4. Imagen de microscopía electrónica de barrido de un esófago de rata en sección transversal. La imagen de la derecha muestra un pliegue esofágico a más aumentos.

La capa muscular está formada por una capa de células musculares orientadas longitudinalmente y otra más interna de fibras circulares. En el tercio superior ambas capas están formadas por células musculares estriadas (esqueléticas o voluntarias). La proporción de fibras lisas es mayoritaria en los dos tercios inferiores. En la zona superior la capa longitudinal se pude dividir en tres fascículos que luego se mezclan entre sí. Dos son continuación de los músculos faríngeos, mientras que el tercero está anclado al cartílago cricoide. Las células de la capa circular forma anillos perpendiculares al eje esofágico en las zonas superior e inferior, pero un poco oblicuos en el resto de esófago. Esta capa es un poco más gruesa que la longitudinal.

Entre las dos capas musculares se sitúa un plexo nervioso denominado mientérico o de Auerbach, formado por neuronas, fibras nerviosas y células gliales. Este plexo inerva las capas musculares y estimula la actividad peristáltica que impulsa al bolo alimenticio hasta el estómago.

Externamente tenemos una capa adventicia formada por tejido conjuntivo laxo o fibroso que se encarga de fijar el esófago al resto del cuerpo. Esta capa contiene fibras de colágeno y elásticas que le proporcionan resistencia. La capa adventicia se sustituye por una capa serosa cuando el esófago se fusiona con el estómago.

Esófago
Microscopio virtual.

El esófago contiene glándulas que secretan mucus, cuya misión es lubricar los alimentos en la parte superior y proteger al esófago del reflujo estomacal en la parte inferior. Se dividen en dos tipos: glándulas cardiales y esofágicas propiamente dichas. Las glándulas cardiales, denominadas así por su parecido con las estomacales, localizan su parte secretora en la lámina propia de la mucosa y son más abundantes en el tercio inferior esofágico, aunque a veces también en el superior. Las glándulas esofágicas propiamente dichas localizan su parte secretora en la submucosa y se distribuyen a lo largo de toda la longitud esofágica pero más concentradas en la mitad superior. Son compuestas túbulo-acinosas (ver tipos de glándulas).

3. Inervación

Aparte de la inervación intrínseca proporcionada por los plexos de Meissner y de Auerbach, el esófago está inervado por fibras sensoriales y motoras, de origen simpático y parasimpático. En el esófago hay termo, quimio, osmo y mecanorreceptores que recogen información sensorial que envían información a través de procesos dendríticos de neuronas cuyos somas se encuentran en los ganglios dorsales espinales localizados a la altura del tórax. Éstos envían sus axones a las neuronas localizadas en la sustancia gris de la médula espinal, en la zona lateral e intermedia. Los axones de estas neuronas espinales (preganglionares) pueden abandonar la médula espinal por la raíz ventral y hacer contacto sináptico con neuronas ganglionares de la cadena simpática de ganglios de la cadena paravertebral. Las neuronas ganglionares simpáticas envían axones al esófago. Hay también axones de estas células preganglionares de la médula espinal localizadas en los niveles T5 y T9 que forman un nervio que se dirige hacia la parte caudal, perfora el diafragma e inerva el ganglio celiaco. Las célula ganglionares de este ganglio también inervan al esófago. Todas estas fibras simpáticas inervan a las glándulas, los músculos y el propio plexo entérico del esófago, controlando sus movimientos peristálticos.

Parte de la información sensorial que sale del esófago es enviada a estructuras encefálicas donde es interpretada como sensaciones (temperatura, mecánica, química, etcétera). A su vez, estructuras encefálicas envían axones hacia las neuronas preganglionares de la médula espinal que modularán la actividad del esófago.

El componente parasimpático del esófago está representado por la inervación desde el nervio vago. Las aferencias sensoriales parasimpáticas viajan por fibras del nervio vago, las cuales son dendritas de neuronas ganglionares localizadas en el ganglio vago nodoso inferior, en el ganglio yugular y en el petroso. Se ha demostrado que hay ganglios especializados en captar información de la mucosa (información química) y otros de la muscular (información mecánica). Los axones de estos ganglios terminan en varios núcleos del tronco encefálico. La vía parasimpática que inerva la musculatura lisa y estriada del esófago también tienen diferente origen. Los que inervan la muscular estriada parten de la parte rostral del núcleo ambiguo, mientras que los que inervan la musculatura lisa lo hacen desde la parte medial del núcleo dorsal del tronco encefálico. La vía parasimpática permite modular la actividad peristáltica, secreción glandular y controlar la presión en el esfínter superior. Igual que en el caso del sistema simpático, los componentes del sistema parasimpático están controlados o modulados por estructuras encefálicas más rostrales.

4. Función

La principal función es servir de conducto desde la faringe hasta el estómago. Es el único órgano del tubo digestivo en el que no se absorbe alimento. Los movimientos involuntarios de los músculos de la faringe empujan a la comida hacia la abertura del esófago, donde el esfínter esofágico se relaja. Una vez en el esófago se producen ondas de contracción de la pared del esófago que empujan a la comida hacia el estómago.

5. Desarrollo

El tubo digestivo deriva del endodermo y del mesodermo durante el periodo embrionario. El mesodermo formará el tejido conectivo y el muscular de la pared del esófago. Hacia la 4ª semana de desarrollo embrionario aparece el digestivo anterior, desde el cual se forman la faringe, el esófago, el estómago, la tráquea y los pulmones, el conducto colédoco, el sistema biliar y el hígado. En la semana 10 el epitelio del esófago es epitelio ciliado, que es reemplazado por el epitelio estratificado plano. Quedan, sin embargo, islas de epitelio ciliado que darán lugar a las glándulas esofágicas submucosas.

En la semana sexta se forma la capa muscular y el plexo mientérico y a la séptima la subumucosa es invadida por vasos sanguíneos. El músculo liso de los dos tercios inferiores deriva de los somitas, mientras que el estriado de la parte superior del mesénquima de la faringe.

6. Patología

Una de las enfermedades más típicas causadas por deficiencias en la función del esófago es al acalasia, la cual deriva de una disfunción de las células del plexo mientérico, con lo que el esófago no puede desplazar la comida por ausencia de movimientos musculares. Además, el esfínter inferior no se puede relajar, con lo que la comida tiene difícil llegar al estómago.

En los tumores asociados al esófago, la ausencia de serosa hace que las células cancerosas se puedan dispersar por otros tejidos más fácilmente, cuando se compara con otras regiones del digestivo.

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