Especie: humano (Homo sapiens; mamíferos).
Técnica: hematoxilina-eosina en frotis sanguíneo.
La mejor forma de observar y diferenciar los distintos componentes celulares de la sangre es mediante la técnica de frotis, que es una extensión de sangre sobre un portaobjetos que se tiñe con colorantes generales. Las imágenes de esta figura proceden de un frotis de sangre.
Los eritrocitos tienen una forma bicóncava de unas 7,5 µm de diámetro. Con tinciones generales aparecen de color rosado o rojizo. En la sangre fresca, son los responsables de dar el color rojo a la sangre por su alto contenido en hemoglobina, una proteína que contiene hierro en su estructura. Los eritrocitos son las estructuras celulares más abundantes de la sangre. Constituyen aproximadamente el 45 % del volumen sanguíneo. El eritrocito, en mamíferos, se puede considerar como una célula modificada para su función puesto que no posee núcleo y carece de mitocondrias y otros orgánulos celulares.
Las plaquetas son pequeñas porciones de citoplasma sin núcleo. En los frotis de sangre aparecen como pequeños fragmentos, a veces formando agregados, de un color azul o violáceo pálido. Están presentes en los mamíferos, pero no en todos los vertebrados. Se forman mediante "desgajes" del citoplasma de unas células denominadas megacariocitos que se encuentran en la médula ósea.
Los leucocitos, o glóbulos blancos, son células nucleadas e incoloras en la sangre fresca. Por eso para su observación hay que emplear colorantes. Los leucocitos se clasifican en granulares y agranulares. Los leucocitos granulares presentan en su citoplasma granos de dos tipos, azurófilos o primarios, que son lisosomas, y específicos o secundarios de contenido variado. Los leucocitos agranulares no tienen gránulos específicos, aunque sí azurófilos.
Los leucocitos granulares son los neutrófilos, eosinófilos y basófilos, mientras que los no granulares son los linfocitos y los monocitos. Los neutrófilos son los leucocitos granulares más abundantes y representan el 60-70% de todos los leucocitos. Se reconocen fácilmente por su núcleo multilobulado. Presentan gránulos azurófilos, pero en mayor cantidad contienen gránulos específicos con un contenido en lisozimas, activadores del complemento, colagenasas, etcétera. Los eosinófilos representan del 2 al 5% de la población leucocitaria. Su núcleo es bilobulado y en su citoplasma los granos específicos se caracterizan por su fuerte apetencia por colorantes ácidos como la eosina, presentando un intenso color fucsia o rojo. Los basófilos son los leucocitos granulares menos abundantes y más pequeños, representando el 0.5% del total. Su núcleo es poco lobulado. Se caracterizan por poseer granos específicos que se tiñen con colorantes básicos como la hematoxilina, y por ello aparecen de color púrpura azulado intenso.
Los leucocitos agranulares carecen de granos específicos en su citoplasma pero presentan una escasa población de granos inespecíficos. Los linfocitos son tras los neutrófilos los leucocitos más abundantes, representando del 20 al 35 % de las células sanguíneas. Son células pequeñas, aunque se puede encontrar una cierta variabilidad en su tamaño, lo cual parece no estar relacionado con los diferentes tipos de linfocitos. Presentan un núcleo que a veces tiene un volumen que ocupa la mayor parte la célula, y generalmente es redondeado. Los otros leucocitos agranulares son los monocitos. Éstos se caracterizan por tener un tamaño grande en los frotis sanguíneos y por presentar un núcleo arriñonado.