Especie: varias.
Técnica: A, B) Desgaste. C-F) Descalcificación, hematoxilina-eosina.
La imagen de la figura A ha sido cedida por D. Santiago Gómez Salvador, Depto. Anatomía patológica, Facultad de Medicina, Universidad de Cádiz.
En el hueso hay tres tipos celulares que se encargan de la síntesis, mantenimiento y degradación del hueso: osteoblastos, osteocitos y osteoclastos.
Los osteoblastos (figuras D y E) son las células especializadas en la síntesis de matriz ósea y son responsables del crecimiento y remodelación de la matriz ósea. Como se puede apreciar en las imágenes, sobre todo en la figura E, que es hueso en formación, se encuentran en el frente de crecimiento del hueso, alineados uno al lado del otro formando una especie de capa celular de una célula de espesor. Son células redondeadas, con el núcleo bien visible situado lejos de la superficie de la matriz ósea. Su forma cambia a columnar, y son más basófilos, cuando están sintetizando mucha matriz, mientras que son más aplanados cuando su tasa de síntesis es baja. La actividad de los osteoblastos se ve afectada por la hormona paratiroidea.
Los osteocitos son el tipo de celular óseo más abundante en el hueso maduro. Se localizan en unas cavidades de la matriz ósea que se denominan lagunas óseas. Se pueden observar en las figuras A, B y sobre todo en la D. Tienen aspecto de arañas con largas patas (figuras A y B). Esas patas corresponden a canales que discurren por la matriz extracelular denominados canalículos óseos, en los cuales se extienden las prolongaciones de los propios osteociotos. Estas prolongaciones se desarrollan durante la diferenciación de osteoblastos a osteocitos y comunican osteocitos vecinos. Como se observa en la figura D, los osteocitos están rodeados completamente por matriz ósea.
Los osteoclastos se encargan de eliminar hueso, tanto la matriz ósea mineralizada como la orgánica, mediante un proceso denominado reabsorción. Como se observa en las figuras C, D y F, son células muy grandes y multinucleadas. En la figura C se observa que la superficie del osteoclasto orientado hacia el hueso presenta una forma muy ondulada, con numerosos y densos pliegues. Esta especialización de la superficie del osteoclasto se produce cuando está reabsorbiendo hueso y aquí se localizan numerosas enzimas encargadas de degradar la matriz ósea.