Imagen: hoja de camelio teñida con safranina / azul alcián. Se aprecia el haz vascular central.
Epidermis: es la capa más externa de la hoja. El epitelio epidérmico está formado por una capa de células con paredes no muy gruesas.
Parénquima: el interior de la hoja está formada por células parenquimáticas con numerosos cloroplastos, el parénquima clorofílico o mesófilo. En la mayoría de las hojas dicotiledóneas se divide en dos partes según la disposición de dichas células: parénquima clorofílico en empalizada y parénquima clorofílico lagunar.
Parénquima en empalizada: se sitúa justo debajo de la epidermis del haz y sus células son cilíndricas y dispuestas de forma ordenada con su eje mayor perpendicular a la superficie de la hoja. Dejan muy pocos espacios intercelulares.
Parénquima lagunar: tiene células con forma irregular y con numerosos espacios intercelulares. Según el grosor de la hoja puede estar más o menos desarrollado. En su parte más próxima a la superficie del envés pueden aparecer grandes espacios sin células que corresponden a las cámaras subestomáticas.
Esclereidas: en este caso son astroesclereidas y se presentan por lo general individualmente. Con formas estrelladas, presentan una pared celular secundaria extremadamente gruesa que dejan un interior celular muy angosto. Las esclereidas aparecen dispersas entre las células del parénquima.
Esclerénquima: el haz vascular principal está protegido externamente por una vaina de fibras de esclerénquima.
Floema: es el tejido vascular especializado en recoger las moléculas orgánicas producidas durante la fotosíntesis. Es floema primario formado por células de pequeño tamaño y pared celular primaria.
Xilema: es el tejido vascular que trae agua y sales minerales necesarios para la fotosíntesis. Es xilema primario formado por células de tamaño variable y pared celular secundaria con lignina. Estas paredes secundarias se tiñen con la safranina de rojo.